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10 octubre, 2006

Cincuenta científicos aseguran que las Torres Gemelas
de New York se hundieron por demolición controlada

Por Elaine Jarvik* y Steve E. Jones*
Sábado 7 de octubre de 2006

Una investigación a fondo de los acontecimientos del 11 de septiembre del físico Steven E. Jones, profesor de la Universidad Brigham Young, concluyó que la explicación oficial para el derrumbe de los edificios del Centro Mundial de Comercio (WTC, en inglés) resulta inverosímil según las leyes de la física. Jones y otros 50 colegas están reclamando una investigación científica independiente e internacional «no guiada por intereses politizados y restricciones, sino por observaciones y cálculos».

El rascacielo del World Trade Center de New York mostrando el hueco que le ocasionó el impacto del avión Boeing el 11 de septiembre de 2001.

Está investigación hace parte de las 25 «historias top» del Proyecto Censurado

Trayendo a la realidad la explicación oficial del colapso de los tres edificios del WTC, Jones citó el completo, rápido y simétrico desplome de las torres; las explosiones horizontales (mechas) evidenciadas en las películas de los derrumbes; el hecho de que la antena cayó primero en la torre del norte, sugiriendo el uso de explosivos en las columnas de la base; y las grandes piscinas de metal fundido observadas en las áreas del sótano de ambas torres.

Jones miembro del movimiento científico Scholars for 9/11 Truth (Científicos por la Verdad) también investigó el derrumbamiento del WTC 7, uno de los 47 edificios de la historia que no fue impactado por los aviones, pero al caer dejó su propia «huella» de manera semejante a una demolición controlada. El WTC 7 albergaba dependencias del Servicio Secreto de EEUU, del departamento de Defensa, Servicio de Inmigración y Naturalización, Comisión de Seguridades e Intercambio de EEUU, Oficina de Manejo de Emergencias del Alcalde, Consejo Regional del Servicio de Renta Pública y de la Agencia Central de Inteligencia. Muchos de los expedientes del escándalo de la contabilidad de Enron fueron destruidos cuando el edificio se vino abajo.

Jones reclama que el National Institute of Standards and Technology (NIST) o Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, no hizo caso de la física y de la química en lo qué sucedió el 11 de septiembre (9/11) e inclusive manipuló sus pruebas a fin de adecuarlas para conseguir una hipótesis generada por computadora sobre el resultado final del colapso e, incluso, no se interesaron en investigar la posibilidad de una demolición controlada. También cuestiona las investigaciones conducidas por FEMA (sigla en inglés de la Federal Emergency Management Agency) y la Comisión del 9/11.

Resultados dudosos del informe:

Nunca ningún edificio de estructura de acero colapsó debido al fuego, antes o después de las torres del WTC. Pero los explosivos pueden romper con eficacia las columnas de acero.

El edificio WTC 7, que no fue impactado por los aviones secuestrados, colapsó en 6,6 segundos, justo 0,6 de segundo más de lo que demoraría en caer un objeto desde la azotea hasta golpear la tierra.

«¿Donde está el retraso previsto por la conservación del ímpetu, una de las leyes fundacionales de la física?, pregunta Jones. Es decir, como las caída de los pisos superior golpeó los pisos inferiores dejando intactas las columnas de acero, tal caída debió ser impedida significativamente por la masa impactada».

«¿Cómo logran caer tan rápidamente los pisos superiores y, entonces, todavía conservar el ímpetu en los edificios derrumbándose? La paradoja -dice Jones- se resuelve fácilmente por la hipótesis de la demolición controlada, donde los explosivos removieron rápidamente el material de los pisos inferiores, incluyendo el soporte de las columnas de acero, y permitieron el colapso a una velocidad cercana a la caída libre». Estas observaciones no fueron analizadas por FEMA, NIST o la Comisión 9/11.

Un derrumbe por causas no explosivas típicamente amontona virutas de concreto roto. Pero la mayoría del material de las torres fue convertido en harina, como polvo, mientras los edificios estaban cayéndose. «¿Cómo podemos entender este comportamiento extraño, sin explosivos? Extraordinario, asombroso, y exigimos un escrutinio puesto que los informes financiados por el gobierno de EEUU no pudieron analizar este fenómeno».

Los soportes de acero «en parte se evaporaron», pero se requieren temperaturas cercanas a 5.000 grados Fahrenheit [2760 grados C°] para evaporar el acero y ningún material de oficina ni el combustible diesel pueden generar temperaturas tan altas. El fuego causado por el combustible (fuel oil) del motor a reacción de los aviones secuestrados duró a lo sumo unos minutos y la combustión de los materiales de oficina consumidos por el fuego dura aproximadamente veinte minutos en cualquier locación dada.

El metal fundido encontrado en las ruinas del WTC pudo haber sido el resultado de una reacción de alta temperatura de un explosivo normalmente usado como el thermite. Edificios no destruidos por explosivos «tienen insuficiente energía dirigida como para producir la fundición de grandes cantidades de metal», dice Jones.

Si numerosos observadores ubicados adentro y cerca de las torres escucharon explosiones múltiples, ruidosas y en secuencia rápida, y estas explosiones ocurrieron debajo, lejos de la región donde impactaron los aviones ¿cómo tantas personas pudieron superar esos obstáculos?

«...Acontecimientos orquestados por el gobierno...»

Jones, al frente de un grupo llamado «Eruditos o Científicos por la Verdad del 9/11» (ya un miembro de esta asociación ha sido asesinado en extrañas circunstancias), en enero de 2006 llamó a una investigación internacional sobre los ataques y llegó tan lejos como acusar el gobierno de EEUU de un encubrimiento masivo.

Creemos que los más altos funcionarios del gobierno han encubierto hechos cruciales sobre lo qué realmente sucedió el 11 de septiembre’, dijo el grupo en una declaración. ’Creemos que estos acontecimientos pudieron haberse orquestado por la administración para manipular a los ciudadanos estadounidense para obtener apoyo a sus políticas en el país y en el extranjero.

El grupo está liderado por Jones y James H. Fetzer, profesor emérito (McKnight de filosofía) de la Universidad de Minnesota Duluth, y participa un grupo de 50 académicos y expertos, incluyendo a Robert M. Bowman, ex director del programa de defensa del espacio de EEUU conocido como «Guerra de las Galaxias», y Morgan Reynolds, ex jefe de economistas del departamento del Trabajo en el primer período del presidente George W. Bush.

Más información en: www.scholarsfor911truth.org/ (en inglés, PDF, mucha información técnica y fotografías

*Elaine Jarvik es periodista, trabaja para el Deseret Morning News (www.deseretnews.com) y un resumen de sus trabajos puede obtenerse a través de http://www.findarticles.com/

*Steve E. Jones es físico, enseña en la Universidad Brigham Young, investigador atómico, molecular, también trabaja en óptica y está especializado en fusión catalizada de metales, energía solar y «archaeometry». Su teoría sobre el derrumbe con explosivos puede leerse en muchos sitios web, entre otros en
http://wtc7.net/articles/stevenjones_b7.html.
Fuente Ernesto Carmona (Periodista chileno)

Fuentes:

Deseret Morning News, November 10, 2005.
Title: Y. Professor Thinks Bombs, Not
Planes, Toppled WTC.
Author: Elaine Jarvik.

Brigham Young University website, Winter 2005.
Title: Why Indeed Did the WTC Buildings Collapse?
Author: Steven E. Jones.

Deseret Morning News, January 26, 2006
Title: BYU professor’s group accuses U.S. officials of lying about 9/11.
Author: Elaine Jarvik.

Faculty Evaluator: John Kramer.
Student Researchers: David Abbott and Courtney Wilcox.

*Proyecto Censurado (Project Censored) es un programa a cargo del profesor de sociología Peter Phillips, de la Universidad Sonoma State de California, que desde hace 30 años emite un estudio anual sobre las 25 grandes noticias «top» ocultadas por la gran prensa de EEUU. Estas «25 historias top» sobre grandes temas sustraídos del debate periodístico ofrecen una radiografía actualizada de la sociedad estadounidense y la política exterior de EEUU, cuyo conocimiento permite comprender mejor los designios del imperio. Los textos completos pueden verse (en inglés) en http://www.projectcensored.org

http://www.voltairenet.org/article143756.html
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Primer medio informativo argentino
que cuestiona historia oficial del 11-S


Por Oscar Abudara Bini*
Lunes 9 de octubre de 2006

Mientras las agencias de noticias norteamericanas no pueden seguir ocultando el vendaval de críticas a la Historia Oficial del "11-S", la totalidad de los medios de comunicación censura el tema. Un periódico de una provincia argentina, patea el tablero.

Primer medio de comunicación argentino que cuestiona la historia oficial del 11-S: reconocen la investigación de Thierry Meyssan en la provincia de La Pampa (Argentina)

Carta abierta a Thierry Meyssan (París, Francia)

Esta no es una carta abierta común, es la prueba de una constatación de hechos que exigen celebración y felicitación para Thierry Meyesan y para todos los que trabajan en la Red Voltaire y Axis for Peace. Verán mas adelante a qué «hecho princeps» me refiero.

No hay investigador serio en el mundo y en Argentina (por ejemplo los libros del periodista Suárez y el economista Walter Grazziano) que no partan de una prueba «crucial» y de la Madre de todas las Pruebas, para estudiar el 11-S. La Madre de todas las pruebas, es el estudio de T. Meyssan sobre el atentado al Pentágono.

Hay debate en la Argentina y en el mundo entero y justo es reconocer, que el comandante Hugo Chávez, se ha referido a dos investigadores internacionales para hablar sobre el atentado a las Torres Gemelas en EEUU. Uno, es Noam Chomski, otro, Thierry Meyssan. Pero, falta mucho para que estas investigaciones llegen a tener el efecto que merecen a nivel masivo. No es cuestión de poca inteligencia del público común, es efecto de una campaña poderosa de los grandes medios de comunicación.

¿Seguirán miles de pensadores, intelectuales, periodistas y gobernantes negando los hechos? En cierta medida sí. En la Argentina, los debates se circunscriben a las teorías, que si la historia oficial es verdadera, que si las demás son conspirativas. Puro « bla, bla », todavía una gran mayoría evita el análisis de los hechos y las contradicciones de la historia oficial.

El ingeniero José Petrosino y el autor de este artículo, jamás terminaríamos de reconocer, el enorme aporte que nos brindó la investigación de Meyssan para entender en profundidad los atentados, que según nuestra investigación, ha realizado Israel en la Argentina. (1992 y 1994)

Pero y respondiendo al interrogante inicial:

¡No falta nada para que un medio masivo revele las grietas de la historia oficial de los atentados del 11-S! Y me cabe el orgullo de que sea el diario de mi provincia, «La Arena», (La Pampa), el medio que ponga, por primera vez el tema sobre el tapete.

Los invito a deleitarse a continuación, con el editorial del diario «La Arena» del día 04-octubre-2006, el mismo tiene el sugestivo tìtulo de « preguntas peligrosas ».

Preguntas peligrosas: acerca del 11-S

Allá por finales de septiembre y principios de octubre de 2001, con la tragedia de las Torres Gemelas aún fresca en el recuerdo del mundo, la opinión pública no estadounidense (la del país continuaba anonadada y comenzaba a ser saturada de odio patriotero) comenzó a advertir algunos trabajos de diversos analistas sobre una serie de anomalías en torno del terrible hecho y con respecto a la versión oficial.

Ellas abarcaban desde declaraciones de pilotos avezados que negaban la posibilidad de que gente con un entrenamiento superficial fuera capaz de «acertar» a ambas torres, dado el ancho de las mismas y la velocidad de los aviones, hasta la comprobación de que desde varios días antes aquellos edificios emitían una señal tipo radiofaro o la caída injustificada de edificios contiguos a los gigantes.

Estos habían resistido el impacto de los aviones pero cayeron, se dijo, por el enorme calor interno generado por los incendios, que debilitó las estructuras de acero. De todo ese material, inicialmente mirado con escepticismo, sobresalía el de un estudioso francés (Thierry Meyssan) en torno al presunto avión estrellado contra el pentágono. Su principal argumento ¿cómo es posible que un avión se precipite sin ser interceptado sobre el que acaso sea el edificio más protegido del mundo? Además tenía una prueba irrefutable: en una imagen satelital obtenida poco después del ataque no había un solo resto que se correspondiera con los de un avión del tipo del usado.

La conclusión era que allí había estallado un cohete teledirigido, de los más modernos y poderosos y, por el tipo de efecto, perteneciente al ejército norteamericano. Toneladas de silencio se echaron en los EE.UU. sobre estos -y otros- sucesos inexplicables, incluido uno del presidente Bush en Florida anticipando el golpe a la segunda torre. Cierto que la idea del autoatentado se agrandó en el resto del mundo y ganó cimientos, pero en la nación norteamericana se aceptó a rajatabla la versión oficial que sirvió, entre otras cosas, para coartar rápida y profundamente algunas de las libertades básicas de los estadounidenses, de las que tanto tiempo, y con razón, se vanagloriaban.

Ahora informan las agencias de noticias, algunas de ellas norteamericanas, (NOTA DE ABUDARA BINI: esto que es vox populi en USA, todavìa està censurado en la Argentina) sobre la aparición de un fuerte movimiento inquisidor sobre lo que llaman «presunto atentado», pidiendo respuesta a las inexplicables situaciones que señalábamos más arriba, y a muchas otras que han ido advirtiendo. Es cierto que han sido ignorados por el gobierno, y aun vilipendiados por sus pares ciudadanos, pero amparándose en sus derechos básicos exigen una respuesta que les demuestre su equivocación o su aserto.

¿Quiénes son los que dudan de la historia oficial?

El problema para la Casa Blanca radica principalmente en que el grupo está liderado por prestigiosos hombres de ciencia, profesores universitarios que, en algunos casos, se han jugado sus carreras por reclamar la verdad de un hecho cuya sola duda envenena toda la conciencia de la nación y destroza la confiabilidad en quienes rigen su destino. Habrá que estar atentos a las novedades en asunto tan tremendo al que, sospechosamente, algunas agencias de noticias no le prestan toda la atención que se merecería.

*Oscar Abudara Bini.- Psiquiatra y cineasta. Investigador argentino de los atentados terroristas cometidos en la Argentina. (embajada de Israel en 1992 y mutual israelita AMIA en 1994)

La Pampa argentina tiene un tango en su honor: "Adios Pampa mía". Hoy, la "Red Tango" tiene el honor de presentar al primer medio argentino, perteneciente a la provincia de La Pampa que cuestiona la historia oficial del "11-S"

http://www.voltairenet.org/article143704.html

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